sábado, 7 de abril de 2018

Parodia de Pinocho


Había una vez un niño llamado Pinocho que fue abandonado por sus padres. El pequeño tuvo que sobrevivir a la gran tragedia, el odio y la amargura que lo atormentaban.

 Pero él tenía una gran imaginación que le fue de gran ayuda: inventó a su corta edad unos pañuelos gigantes para poder sonarse la nariz; también, un protector de nariz elástico. Ya de más grande, creó unos piercing gigantes y el famoso detector de mentiras.

 Pero un día, una pareja tocó a su casa. Eran sus padres, pero él no lo sabía. Ellos se presentaron: el papá Pino y la mamá Jacarandá. Entonces Pinocho los invitó a pasar. Él, asombrado pero a la vez furioso, decidió hacerles una pregunta: "¿Por qué me abandonaron?". Sus padres se miraron entre sí, analizaban si decirle o no la verdad. Finalmente, le dijeron que lo abandonaron porque sus padres eran de una familia muy humilde, ya que sus antecesores eran árboles: de ahí, los genes del niño. Otra de las muchas razones del porqué a ese terrible acto era porque el niño en el deporte era de madera. Pinocho se enfureció y entabló una discusión que terminó cuando su madre lo abrazó y le dijo que su corazón estaba astillado.